sábado, 5 de julio de 2014

¿Adicto a las redes sociales?


Más de 1.200 millones de personas acceden a diferentes plataformas de redes sociales. Se han convertido casi en un estilo de vida en un momento en el que no se concibe un cambio importante en la vida de un usuario que no sea reflejado en Twitter o Facebook, bien sean fotografías, actualización de estados o publicación de vídeos. No importa la forma y el lugar, importa la actualización constante, y es precisamente este “importa” el que ha hecho que para muchos se convierta en una necesidad preocupante.

¿Qué lo motiva?
Se calcula que a nivel global se dedican unos 6,7 billones de horas al mes solo a redes sociales y sin contar otros usos de Internet como la navegación o las compras online. De ello, se deducen que 18,6 horas por persona en interacción social online que podría ser casi todo el día, según la medición realizada por la empresa de analítica ComScore.

La pregunta es ¿es posible dedicar prácticamente todo el día a ello? La respuesta es sí, gracias a la penetración de Internet y la posibilidad de estar conectado a cualquier plataforma desde cualquier lugar.

Investigaciones sobre las dependencias a las Redes Sociales
Una de las más conocidas ha sido la realizada sobre Facebook por Cecilie Schou Andreassen, de la que ya hablamos en este artículo.

Esta investigadora, bajo el amparo de la Universidad de Bergen (UiB), dirigió el proyecto “The Facebook Addiction". Según el mismo, se pudo saber que adolescentes y jóvenes tienen mayores posibilidades de adicción a esta red social que adultos. Además, la misma investigación sugiere que las mujeres son más vulnerables a esta dependencia a la vez que las personas organizadas y ambiciosas presentan menos riesgo. Las personas con mayor riesgo mostraron a su vez alteraciones en el sueño.

Otro estudio, elaborado por científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y la Universidad de Milán revela que Twitter y Facebook son las más adictivas, incluso más que el tabaco y el alcohol. En su investigación se descubrió que las reacciones de las personas que utilizaban Facebook son similares a las de un músico tocando un instrumento o a las personas que realizan una actividad creativa.

En cuanto a la Universidad de Harvard, ha dirigido estudios que demuestran que compartir información personal en redes sociales aumenta la presión cerebral.

Según el estudio, el 80% de lo que publicamos puede estar relacionado con asuntos de nuestra vida personal y se hace con la intención de recibir alguna gratificación física o emocional. De este modo, se realizó una comparación con el placer de recibir dinero y se encontró que el placer recibido en ambos casos es muy similar.

Otro estudio fue el realizado por la Universidad de Maryland, que investigó a usuarios de redes sociales de 37 países, tras haberles solicitado pasar 24 horas sin Internet, el 20% de estos presentó síntomas similares a otras adicciones: ansiedad, desesperación y vacío emocional. Este estudio recuerda al realizado por TeleNav sobre la adicción a teléfonos móviles, a través del cual se revelo que los usuarios preferían dejar de tomar café, alcohol o cola entre otras cosas durante 7 días antes que dejar de utilizar su teléfono móvil.

¿Entonces, las redes sociales son peligrosas?
Las redes sociales han cambiado la forma en la que las personas se relacionan y se expresan con los demás. Por un lado puede resultar beneficioso, ya que una interacción social es positiva, pero la preocupación se centra tanto en los problemas psicológicos que estas plataformas pueden evidenciar y que podrían acentuarse con estas formas de interacción. Y mucho peor, ¿sería algo de orden global? Esto seguramente es demasiado catastrófico y muy prematuro.

Lo que sí se puede tomar en consideración son las características propias de las redes sociales, que favorecen este tipo de adicción. Por un lado, se encuentra de ser uno mismo el centro de la experiencia. Uno publica sus fotos o contenidos y los comentarios van dirigidos a él, siendo esto una forma de hacerse visible para los demás y convertirse en el centro de atención. Con una experiencia gratificante, el aumento del ego es evidente, lo que podría servir de gancho para que se cree esta adicción.

Métodos científicos para medir la adiccion a redes sociales
Para medir la adicción a Internet existe el IAT o Internet Addiction Test. Fue desarrollado por la Dra. Kimberly Young. Consiste en un cuestionario de 20 preguntas que albergan las diferentes facetas de un uso patológico de la Red, como si el usuario siente preocupación cuando está desconectado o si se prefiere quedarse en Internet o salir a divertirse con amigos. La escala de medición va de 1 a 5.

Además también se utilizan muchas pruebas para medir el impacto físico, cerebral y emocional, como la medición de la presión sanguínea, al utilizar las redes sociales. El propósito es buscar patrones de comportamiento.

¿Cómo afecta ser adicto a las redes sociales?
Por supuesto, ser adicto a las redes sociales tiene un impacto negativo sobre el usuario, limitando su vida en cualquier faceta, tanto personal como laboral o social. Un ejemplo es el hecho de que en Reino Unido, el 44% de los empleados admita que el uso de las redes sociales afecta drásticamente al trabajo. Y esto sin considerar que sean adictos, lo que sirve de muestra de la importancia que cobra en la vida del usuario de Internet el uso de estas plataformas.

Lo que antes se solventaba bloqueando el acceso a ciertas web desde un ordenador, ahora se complica con la conectividad que ofrecen los smartphones. Una salida nada fácil para la economía, sobre todo cuando un estudio realizado por Information Overload Research Group (IORG), valora en más de 650 billones de dólares americanos las pérdidas generadas cada año por el uso de redes sociales en horario laboral.

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